Descripción
Algunos decían que el viejo Shin conocía el lenguaje de los arboles y de los animales. Otros afirmaban que era un mago. Pero lo único que sabían con certeza es que Shin era un artista y que había pintado un cuadro muy especial. Un cuadro asombroso, que todos podían disfrutar y que el no estaba dispuesto a vender. Ni siquiera por todo el oro del mundo