Descripción
Cuando María y Ricardo se separaron, Daniela y Violeta creyeron que el mundo se partía en dos. Y que sólo podrían quedarse en una de las dos mitades partidas de ese mundo. Sin embargo, no fue así. El mundo es uno solo y no se rompe cuando una pareja se separa. Ni siquiera cuando esa pareja es la de los padres de uno. Con una bella prosa Silvia Schujer nos cuenta la historia del amor incondicional de una familia.